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30 octubre, 2007

Alianza para el Progreso

Alianza para el Progreso (1961-1970)

A finales de la II Guerra mundial, Iberoamérica se encontraba ante una situación favorable: expansión de la demanda mundial de productos básicos y nivel de precios satisfactorio para los mismos. A partir de 1955, sin embargo, estas condiciones cambiaron y los precios de los productos primarios empezaron a bajar, lo cual provocó un empeoramiento de las relaciones de intercambio entre Iberoamérica y el resto del mundo. En marzo de 1961 el presidente Kennedy hizo pública la intención del Gobierno de EE.UU. de cooperar con Iberoamérica para activar su desarrollo económico y social. La iniciativa recibió el apoyo de los Gobiernos de los países Iberoamericanos y en agosto los miembros de la OEA firmaron la Carta de Punta del Este.
La Carta de Punta del Este, mediante la cual nacía la Alianza es un acuerdo colectivo entre pueblos americanos que establece un compromiso recíproco: los Estados Unidos asumen la responsabilidad de financiar un programa de ayuda exterior de 20.000 millones de dólares en una década y como contrapartida los Gobiernos beneficiarios aceptan la obligación de realizar reformas estructurales interiores para que esta financiación sirva de efectivo impulso transformador, y se comprometen a elevar a los organismos financiadores planes nacionales de desarrollo que garanticen el empleo racional de los fondos. Los fines que se perseguían y que figuran en la Carta de Punta del Este eran muy ambiciosos y pueden resumirse así: aumento sostenido de la renta por habitante no inferior al 2,5% anual; distribución más equitativa de la renta; diversificación equilibrada y estable de las estructuras económicas nacionales; reforma de la enseñanza; estabilidad de precios; reforzamiento de los acuerdos de integración económica (ALALC y Mercado Común Centroamericano); impulso de las exportaciones y defensa de su relación real de intercambio. El Consejo Económico y Social Interamericano (CESI), fue encargado de examinar anualmente el progreso económico y social y de orientar el desarrollo del programa de la Alianza.
En 1962 la sufrió un duro golpe debido a que el órgano legislativo norteamericano redujo en un 40% la ayuda prometida por el presidente Kennedy. En la reunión celebrada en México ese año se encargó a los ex presidentes Lleras Camargo y Kubitscheck un estudio sobre la reestructuración de la Alianza para el progreso.
La conferencia celebrada en Sáo Paulo, en 1963, tuvo como tema central la multilateralización de la Alianza. Para lograr ésta se consideró necesario crear un organismo central dotado de los poderes suficientes y de los órganos ejecutivos indispensables para representar a la Alianza y dar a su programa el impulso y dinamismo necesarios. Así el CESI decidió, en noviembre de 1963, crear el Comité Interamericano de la A. (CIAP). Este nuevo organismo permanente representa a la Alianza de forma multilateral y coordina su actuación conforme a las disposiciones de la Carta de Punta del Este; su actuación inmediata supone la ejecución de las acciones que le sea A confiadas por la OEA y el CESI.
Esto significa que las funciones del CIAP son amplias, recomendándosele, en general, examinar los problemas relativos a la Alianza y proponer soluciones, o bien resolverlos si entra dentro del campo de su competencia. La CIAP controla el progreso de los planes regionales de integración; resuelve los problemas de estimación, de financiación y marcha de los planes regionales y nacionales; prepara y presenta, en fin, propuestas anuales sobre el volumen de recursos internos a utilizar por cada país.


Fuente: Enciclopedia GER.

Politica del buen vecino

Política del buen vecino (1947)

En su primer discurso de toma de posesión, el presidente Franklin D. Roosevelt dijo: “En la esfera de la política mundial, yo dedicaré esta nación a la política del buen vecino; el vecino que de modo resuelto se respeta a sí mismo y, al hacerlo, a los derechos de los otros; el vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de sus acuerdos en y con un mundo de vecinos”.
El Día del Panamericanismo, el 12 de abril de 1933, Roosevelt aplicó esta política a las naciones del Hemisferio Occidental, afirmando: “Nunca antes el significado de las palabras ‘buen vecino’ ha sido tan patente en las relaciones internacionales”.
Con esta política, Roosevelt regresó a la intención original de la Doctrina Monroe, tal como la formuló el secretario de Estado de los EU, John Quincy Adams, quien instó a crear una comunidad de principio entre los Estados nacionales soberanos de América basada en el compromiso de fomentar el bienestar general de la población de cada nación. Esta política fue reflejo de la del Tratado de Westfalia, que acabó con la guerra de los Treinta Años en Europa en 1648. Este tratado estipulaba que la base de una paz duradera estribaba en que cada nación actuara en “ventaja del prójimo”.
La política del buen vecino de Roosevelt fue, así, un rechazo a la interpretación imperialista de la Doctrina Monroe por parte del presidente Theodore Roosevelt. Franklin Roosevelt rechazó la acción unilateral y la intervención en los asuntos de los Estados nacionales soberanos del Hemisferio Occidental. En cambio, puso un acento en la seguridad mutua contra los agresores y el fomento del desarrollo económico para elevar los niveles de vida.
En el caso de México, Roosevelt no intervino para dar marcha atrás a la expropiación de 1938 de las empresas petroleras extranjeras, realizada por el Gobierno del presidente Lázaro CárÜntdenas. Por el contrario, en 1941 los EU firmaron un acuerdo de buena vecindad con México, reconociendo el derecho soberano de México a tener el control de su petróleo. Dicho acuerdo también incluyó la extensión de un crédito del Banco de Importaciones y Exportaciones de los EU a México, para el desarrollo de infraestructura.
La intención de Roosevelt era hacer de esta política, que al principio aplicó en el Hemisferio Occidental, la base de la política exterior estadounidense en todo el orbe luego de la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1943 le dijo al Congreso de los EU: “La política del buen vecino ha tenido tal éxito en el hemisferio de las Américas, que su extensión al mundo entero parece ser el siguiente paso lógico”.


Fuente: http://www.schillerinstitute.org/newspanish/InstitutoSchiller/Literatura/Sinarquismo/fdr_vecino.html

Doctrina Monroe

La Doctrina Monroe (1823).

Nombre que reciben los planes y programas políticos que inspiraron el expansionismo de los Estados Unidos de Norteamérica, tras la incorporación de importantes territorios que habían pertenecido al imperio español y en su dialéctica con las realidades imperiales entonces actuantes –Gran Bretaña, Rusia, Francia, &c.–, sintetizados por el presidente Santiago Monroe en su intervención del 2 de diciembre de 1823 ante el Congreso norteamericano, y que se pueden resumir en tres puntos: no a cualquier futura colonización europea en el Nuevo Mundo, abstención de los Estados Unidos en los asuntos políticos de Europa y no a la intervención de Europa en los gobiernos del hemisferio americano
En el Congreso de Verona, celebrado desde mediados de octubre al 14 de diciembre de 1822 [que se suele interpretar como la última reunión de la Santa Alianza europea, constituida inicialmente en París el 26 de septiembre de 1815 entre el rey de Prusia y los emperadores de Austria y Rusia], se decidió ayudar al restablecimiento del absolutismo en España, facilitando que Fernando VII recuperase el poder con la ayuda de los Cien mil hijos de San Luis que pusieron fin al trienio liberal, previa una nueva ocupación militar francesa de España (abril a octubre de 1823). Temerosa la Gran Bretaña de una ofensiva absolutista franco española en las repúblicas hispano americanas que durante el trienio liberal español habían avanzado en su consolidación nacional, el ministro de exteriores británico, Jorge Canning, propuso al embajador norteamericano en Londres, Ricardo Rush, una declaración conjunta que frenase tal potencial intervención.
Pasando el tiempo la doctrina de Monroe, convertida en ortograma político de los Estados Unidos ante el exterior, popularizada en la sintética fórmula «América para los americanos», hubo necesariamente de transformarse y adaptarse a las nuevas realidades políticas e históricas. El gran historiador mexicano Carlos Pereyra, en El mito de Monroe, asegura que no existe una doctrina de Monroe, pues por lo menos existen tres «doctrinas de Monroe» que él diferenciaba (en 1916).
A partir de 1869, se le asoció también otro punto, contenido en la correspondencia diplomática previa: los Estados Unidos se oponen a la transferencia de colonias de una potencia europea a otra.
En su mensaje al Congreso del 6 de diciembre de 1904, el presidente Teodoro Roosevelt proclamó el que se conoce como «corolario Roosevelt», que es más bien una enmienda a la doctrina, determinada por la crisis de pagos de deuda a bancos europeos por parte de algunas naciones americanas y los intentos de utilizar la fuerza por parte de potencias europeas para obtener el pago: los Estados Unidos podían intervenir en las naciones del hemisferio, para controlar ese «mal crónico», ejerciendo de «policía internacional»

Fuente: http://www.filosofia.org/ave/001/a264.htm

EE.UU. y América Latina

La relación de Estados Unidos con América Latina ha sido de dulce y agras.
En un primer momento se da una relación de iguales, esto se evidencia por medio de la doctrina Monroe, en la cual se declara el rechazo a intervenciones extranjeras “América para los americanos”.
Luego se da el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca en este renueva la adhesión a los principios de solidaridad y cooperación interamericanas.
A lo anterior se suma la Política del buen vecino de Franklin D. Roosevelt que dijo: “En la esfera de la política mundial, yo dedicaré esta nación a la política del buen vecino; el vecino que de modo resuelto se respeta a sí mismo y, al hacerlo, a los derechos de los otros; el vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de sus acuerdos en y con un mundo de vecinos”.
Posteriormente a instancias de J.F. Kennedy nace la Alianza para el Progreso que evidencia la intención del Gobierno de EE.UU. de cooperar con Iberoamérica para activar su desarrollo económico y social.
Conceptos Claves

Teoría del gran garrote:
Señala el inicio del imperialismo Estadounidense y de su actuación como potencia mundial. En América Latina comenzaría una fuerte dominación política y económica norteamericana (a principios del siglo XX) así como un frente abierto a las invasiones en todo el continente, con la marcada exclusión de los asuntos norteamericanos a los europeos con el “Corolario a la Doctrina Monroe”

Imperialismo Estadounidense:
Término utilizado, a veces peyorativamente, para hacer referencia expansionismo histórico y a la actual influencia política, cultural y económica de los Estados Unidos a escala mundial.


Kissinger:En 1973 fue Secretario de Estado y participó en las negociaciones de paz con Vietnam. Recibió el Premio Nobel de la Paz de ese año junto al representante norvietnamita Led Duc Tho por los acuerdos alcanzados para poner fin a dicha guerra. Se le acusa además de haber organizado la denominada Operación Cóndor, un plan sistemático de "desaparición" de opositores dirigido a "combatir el comunismo" en Latinoamérica.

http://www.ohchr.org/spanish/law/ http://www.revistainterforum.com/espanol/articulos/072202soc_polreich_arg.html
http://www.monografias.com/trabajos10/amlat/amlat.shtml
http://www.visionesalternativas.com/militarizacion/articulos/geoestrat/20.htm